Paulo Autuori ya está de vuelta en Sporting Cristal, pero ¿alcanza como para hacerse ilusiones? Tampoco es que la sola presencia del brasileño baste para arreglar todo. El tipo tiene carácter, eso es indiscutible, pero más allá de eso, ¿qué es lo que realmente aportará a este Cristal que no sólo sigue muy golpeado por el desastre que significó el paso de Guillermo Farré sino que viene muy debilitado tras cinco años de decisiones erradas en la dirigencia?
La memoria nos lleva al 2002, cuando nos sacó campeones. El principal recuerdo de esa temporada es que Autuori no tuvo miedo de pedir la baja de cinco referentes del plantel. Vamos, que el hombre no se anda con rodeos. Claro, habría que decir también que recibió el apoyo de una directiva que, ese 2002, decidió jugársela por su técnico. Lo puso por encima de los jugadores porque, es sabido hoy, si la dirigencia no aceptaba esa decisión, Autuori se iba de Sporting Cristal en lo que demora un taxi desde La Florida hasta el Jorge Chávez. Esa es la imagen que marca todos los análisis actuales. Y es que, hay que conceder la idea, si algo nos hace falta hoy es precisamente un tipo que venga y rompa con lo que no funciona sin pedir permiso a nadie. Que no se case con la mediocridad y ponga los puntos sobre las íes. Que no le aguente tonterías ni a la dirigencia, ni a los jugadores. Y eso, se supone que es lo que debería hacer.
Desde que dejó la selección peruana en 2005, Autuori ha tenido una trayectoria destacada. Ha dirigido a Atlético Paranaense y a São Paulo, con el que logró la Copa Libertadores y la Intercontinental del 2005, derrotando al Liverpool. Su experiencia internacional y su prestigio lo colocan como uno de los técnicos más relevantes de América, pero Cristal necesita mucho más que un nombre, por más que éste venga con estos pergaminos.
¿Será suficiente para arreglar el caos de Cristal? La dirigencia, que durante cinco años ha cometido error tras error, parece haber cedido bastante en esta ocasión. Parece que hicieron lo que nunca hicieron y lo que nadie esperaba: dar lugar a que otras personas tomen las decisiones importantes, lo que implica su reconocimiento de que este desgobierno no da para más. Todo indica que fue Gustavo Zeballos quien finalmente impuso la decisión de contratar al brasileño sin dar lugar a cometer nuevamente el error de traer un técnico ligerito, sin espalda, como Farre, al que se le pudiera manejar con facilidad y que aceptara acomodarse a los intereses de la agencia. La llegada de un técnico de prestigio internacional con fama de carácter fuerte da a pensar que, por lo menos por ahora, están aceptando que hayan algunas decisiones que se articulen sobre la base de lo que es mejor para el equipo y no para la agencia. Si realmente tiene las herramientas para exigir cambios, ése será el primer paso. Pero si lo dejan a medio camino, será el mismo fracaso de los últimos años.
Todo parece indicar Autuori no ha venido solo a “rellenar el puesto”. Se le supone carácter y capacidad para imponer condiciones. Pero como dijimos, deberá hacerlo. Y si no lo hace o no le dan el respaldo o las herramientas necesarias, las promesas quedarán solo en palabras y lo que se verá es otro fracaso, más de lo mismo.
Autuori tiene la oportunidad de devolverle a Cristal el carácter y la dirección que ha perdido, pero solo si realmente se atreve a, y le dejan, tomar decisiones radicales. No basta con un técnico de prestigio. El cambio verdadero está en sus manos, pero que lo pueda hacer es la gran incógnita. No vayamos a quedarnos como la famosa frase que reza que «la historia ocurre dos veces: la primera como gran epopeya y la segunda como una miserable farsa».
Quiero creer que Autori viene con hambre de ganar e impondra su saber en lograrlo, sería una flor que no hace la primavera, la idea se mantiene Fuera Innova! Fuera Raffo!