La Cancha: Sporting Cristal 0 Alianza Lima 1

Alianza Lima, amigo cervecero, no jugó a ganarnos. Su pelea es otra, su meta estaba muy lejos del arco de Erick Delgado. Su rival no éramos nosotros sino Universitario y su lucha era la lucha por el tercer lugar a la libertadores.

Es por eso que Alianza no jugó pensando en ganarnos sino que jugó pensando en no perder y cruzando los dedos para que San Martín pueda ganarle a la U, cosa que no pasó. Ellos, fieles a su costumbre de jugar buscando lo mínimo necesario, sólo querían mantener la ventaja ante el equipo que les seguía.

Es por eso que en el primer tiempo no atinaron a nada. No atacaron ni defendieron bien y Cristal lo tuvo contra las cuerdas. Saludan a su arquero por las buenas atajadas que hizo pero evitan hablar que esas atajadas existieron por que Cristal atacó y ellos no.

Pero Cristal atacando no es algo que dé mucho miedo hoy por hoy. Un conjunto de errores no se puede considerar una buena estrategia. Cristal, entonces, jugaba en el campo aliancista pero no concretó nada. Y ¿saben por qué no concretó? Porque no atacó con claridad. Los ataques de Cristal eran más un rebote, un remate mordido, un cabezazo desestabilizado. No hubo el centro perfecto, el remate venenoso, la pared precisa, el ingreso centellante. No. Hubo el remate desviado, el rebote peligroso y el ¡ufff! constante.

A veces atacar mucho no es sinónimo de atacar bien. Y Cristal no ataca bien pues.

La diferencia del partido estuvo, entonces, en el banco. Y ahí tampoco tenemos reacción.

Alianza no quería perder y por eso Costas cambió la línea de cuatro por una línea de cinco y tres volantes en defensa. Se cerró atrás y empezó a defender bien. Y eso, para ganarle a Cristal, es más que suficiente.

Porque si usualmente Cristal debe chocarse con sus propias limitaciones a la hora de atacar, una vez hecho el cambio táctico, no sólo tuvo que chocarse contra estas sino también contra una defensa visitante que hizo lo correcto. Eso y un pésimo Carrillo que trató a los visitantes como si fueran señoritas.

Luchar contra tus propias limitaciones, contra el rival y contra el árbitro. Eso, hoy por hoy, para nosotros es imposible.

Entonces vino el regalo. Así como el 2008 les regalamos el quedarse en primera (Gracias, Prado) esta temporada les regalamos este partido y la clasificación. Por fin de año, nos van a venir muchas postales agradecidas desde La Victoria.

Cristal salío desconcentrado al segundo tiempo y empezó a huevear en la cancha. Carrillo empezó a inclinarnos la cancha y ¡jua! un penal. Listo, para tí, compadre, con mucho cariño.

Cristal intentó reaccionar y tuvo la cancha que Alianza que sólo buscaba defenderse le regaló. Pero Cristal necesita más que cancha y pelota para ganar un partido. Cristal necesita suerte y que alguien más haga los goles. Nosotros no podemos.

Carrillo nos regaló un penal. En una típica jugada de ataque nuestra (léase: pelotera sin sentido y sin rumbo en el área visitante) creyó ver penal contra Cáncar y nos dió la posibilidad de empatarlo.

Pero ahí se completó el regalo, pues.

Lobatón, que alguna vez fue el mejor jugador del plantel, nos dió a entender a todos que ya está cansado de vestir esta camiseta. No sólo viene jugando mal hace tiempo, no sólo viene dando menos de lo que sabe dar, sino que lanzó mal el penal. Era previsible, hace fechas que viene jugando para atrás. Y así les regalamos el partido a Alianza.

En el banco nuestro sólo tenemos preocupación y ganas de que este año acabe cuanto antes. Era previsible que no iban a haber soluciones ni reacciones. No las hubo. Ya no se puede esperar nada de este comando técnico.

Y así, amigo cervecero, paso un año en el que nuevamente volvimos a perder un poco de prestigio. Ya no sólo no damos miedo sino que hemos desaparecido totalmente de la figuración internacional. Nosotros, los más coperos del país, nos volvimos a quedar afuera.

Tres cosas más:

1. A una semana de que este grupo de jugadores le faltó el respeto a su hinchada y a su historia dejándose ganar, en un partido vergonzozo, por el colero del campeonato; la hinchada cervecera vino en gran número a acompañar a su equipo volviendo a llenar sus tribunas y volviendo a demostra que el local en el San Martín sólo es celeste. Definitivamente lo único grade que le queda a Cristal es su hinchada y su historia. Muy poco equipo, muy poco técnico y muy poca dirigencia para tan grande institución y tan linda gente.

2. Hay jugadores de los que ya no se puede esperar nada. Pero hay otros que, con sus virtudes y defectos, siguen ganándose el aplauso. Yo no voy a decir que sean jugadorazos, sólo digo que se merecen cada aplauso que se les da y que asì como los aplaudí ayer, lo hago hoy por acá:

  • Casas. Te podrá gustar su juego o no. Dificlmente te guste. Pero si cada jugador sudara la celeste lo que la suda Casas, otra sería la sensación. Un volante de contención no suele ser la solución del equipo. No le pidas entonces que lo sea. Pero no seamos mezquinos en no reconcoer al único jugador que durante todo el año se ha ganado más aplausos que puteadas.
  • Erick. La defensa lo vende. Tiene errores y virtudes y sus errores a veces cuestan partidos. Pero ayer estuvo seguro las pocas veces que fue requerido. El penal no fue su culpa e incluso tuvo resto para empujar a su equipo y lanzarse al ataque.

3. Amilton Prado es, repito lo que dije ayer, un hijo de puta. Dice amar a esta institución que lo formó y le dio de comer pero yo lo dudo. Lo dudo por que, por ejemplo, el 2008 no dudó en echarse y hacerles el favor a sus amigos de Alianza Lima dejando en ridículo el nombre de este club. Ya antes, cuando jugaba en Alianza por primera vez, malhabló de la institución e insinuó que comprábamos árbitros. Hoy tiene el desparpajo de gritarnos el gol en la cara sino que además insulta a la barra.

Nadie le dice que no responda cuando lo insultan. Es humano y puede hacerlo. Pero venir a provocar a la gente y escudarse valiente él atrás de la policìa o de su comando técnico, lo grafica de cuerpo entero.

Ojalá para Cristal nunca más este descastado vuelva a La Florida. Le falta calidad y respeto. Espero que estas reacciones suyas no hayan pasado desapercibidas por Oblitas que tanto lo quiere de vuelta. Sin embargo, más allá de lo que hagan los dirigentes, corresponde a la hinchada hacer sentir a este sujeto que podrá recibir su sueldo de la institución pero nunca más será jugador de Sporting Cristal.

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