Finalmente, la salida de Guillermo Farré de la dirección técnica de Sporting Cristal es oficial tras el anuncio del club en sus redes sociales. Aunque no es una sorpresa, sí marca un hito en una temporada llena de frustración para los hinchas cerveceros. Su salida era inevitable, y si se hubiera quedado, habría sido una falta de respeto a la historia del club. Sin embargo, esta decisión no resuelve el fondo de la cuestión, pues el verdadero problema sigue sin tocarse: la dirigencia de Innova Sports.
Farré asumió una gran cuota de responsabilidad por la falta de dirección en el equipo. Tras nueve meses al mando, no fue capaz de estructurar un equipo competitivo que por lo menos mostrara una mínima idea de juego. Quedó quinto en el Clausura 2024 y ¿alcanzó? el subcampeonato gracias a los puntos que se lograron durante la gestión de Enderson Moreira, generando una falsa «ilusión» de que había cumplido con los objetivos. Objetivos que eran fáciles de cumplir dados los puntos logrados en el Apertura 2024 pero que por momentos incluso pareció que los perdía (la derrota con Alianza Atlético, el empate con Cusco FC). El espejismo se completó con un buen partido ante Universitario
Sin embargo, este 2025 no le alcanzó el maquillaje para camuflar la ineptitud. Sin un colchón de puntos logrados por otro entrenador, todo lo que se tiene es lo que Farré consiguió: Un triunfo bueno sobre Sport Huancayo, un triunfo pidiendo la hora ante Sport Boys y una goleada sobre Deportivo Binacional que fue para nosotros lo que nosotros fuimos para Bolívar. Los puntos perdidos en plazas fáciles, las goleadas sufridas y la ausencia de una respuesta clara en los momentos clave reflejaron que el proceso de Farré fue un fracaso. Su salida, aunque tardía, era la única opción lógica.
Sus números son el claro reflejo de la mediocridad que trajo consigo. De 26 partidos oficiales jugados, solo ganó 13. Empató 5 y perdió 8. 44 puntos de 78 posibles, un 56.41% de rendimiento. Para ponerlo en perspectiva: los anteriores técnicos de Sporting Cristal que no lograron títulos, como Moreira, Nunes y Mosquera, tuvieron rendimientos muy superiores. Enderson Moreira con 14 victorias de 19 partidos alcanzó un 75.43%. Nunes tuvo un 60.42% con 23 victorias de 48 partidos. Mosquera, con 48 victorias en 87 partidos, alcanzó un 62.45%. Ni en el fracaso, Farré estuvo cerca de los números que Sporting Cristal hace.
La salida de Farré era necesaria, pero no es suficiente. El verdadero obstáculo, como lo dijimos, sigue siendo Joel Raffo y su caterva. Son ellos quienes no entienden lo que significa Sporting Cristal, un club que va mucho más allá de sus limitados intereses económicos. Los hinchas, el verdadero motor del club, hemos sido testigos de cómo la visión institucional se ha diluido, y el carácter de grandeza que siempre nos ha distinguido ha quedado relegado.
Es hora de un cambio profundo. No solo en el cuerpo técnico, sino también en la gestión. La salida de Farré es solo el primer paso, pero el verdadero desafío está en renovar la dirigencia, que debe respetar la historia, la hinchada y el legado de Sporting Cristal.