Que hay jugadores lesionados, ya lo sabemos.
Marcio aún tiene un par de semanas más, a Damián el infeliz de Fleitas lo sacó por mes y medio de las canchas (¿se acuerdan que el año pasado también rompió a Aliberti y nadie dijo nada?) y el Chino Ximénez anda medio sentido.
A mi estas cosas me van poniendo en alerta por que, fácil, a alguien se le puede estar ocurriendo que como ya no peleamos por nada y como nuestra posición en el grupo impar ya es irreversible, pues podemos ir a Cusco con suplentes (como Oblitas nos llevó el 2008) y coquetear con la posibilidad de comernos una goleada.
El 2008 a Oblitas no le importó hacer el ridículo y maltratar el nombre de Sporting Cristal. Encima responsabilizó a los directivos de la ADFP por que nos obligaron a jugar con juveniles.
Entonces, no sería descabellado que alguien venga a pensar que, bueno, como todo ya está definido, pongamos suplentes. Total, no hay nada en juego.
¿Nada?
En primer lugar, creo que sigue en juego la relación entre el equipo y la hinchada. El triunfo ante Alianza sigue alegrando los corazones pero la verdad es que, un nuevo par de tropiezos va a volver a prender la pradera en La Florida. Así que tampoco es que ya no hay problemas acá.

Cristal ya tropezó con Cienciano este año.
En segundo lugar, y sobre todo, lo que está en nombre es el prestigio de Sporting Cristal. Prestigio que hemos ido perdiendo gracias a actos como los de Oblitas el 2008 que alineó juveniles en Cusco y que no le importó (tal vez por que de verdad no siente un real cariño a la institución) que el equipo se coma cuatro goles (o cinco, o seis, o siete).
Yo opino que, precisamente, por que perdimos opción al título, el equipo tendría que matarse en todos los partidos. Por orgullo, por amor propio y por respeto a esta hinchada que los alienta siempre.
¿Usted qué opina, cervecero?