La Cancha: Cienciano 5 – Sporting Cristal 5

¿Qué pasó?

Al final del partido, luego de gritar el buen gol del Chorri Palacios, no sabía si sentirme alegre por el agónico empate logrado o molesto por empatar un partido que teníamos ganado.

Y es que en un momento lo tuvimos ganado.

Y, claro, en otro también lo tuvimos perdido.

Dos momentos claramente diferentes en un partido atípico. Emocionante y agradable como sólo Sporting Cristal sabe brindar de tiempo en tiempo dentro de este fútbol peruano actual. Sólo con la camiseta celeste en la cancha existe la probabilidad de que se den encuentros así, con los demás es casi siempre lo mismo. Incluyendo tanto al equipo que aplaude cuando sus defensas revientan la pelota a las tribunas y el otro que para ajustando los noventa minutos.

Decíamos que hubieron dos momentos diferentes. El primero se inició con el pitido inicial y terminó cuando Roberto Palacios se estiró y la pelota desviada por él chocó en el parante. Iba a ser el cuarto gol cervecero y con él se hubiera abierto la posibilidad de una goleada histórica en el Cusco. Se habría terminado de sepultar al local y lograr algo que nunca logramos.

Pero no entró y ahí mismo empezó una segunda etapa dentro del partido, totalmente diferente y claramente favorable a Cienciano. Tres errores en defensa y Cienciano empató. Al poco tiempo volvimos a desequilibrar tan sólo para recibir dos goles más del local y sellar el partido con un golazo del Chorri Palacios. De pronto Cristal perdió el orden y las ganas y se vió superado completamente por el rival.

Cristal empezó el partido con un planteamiento parecido al que utilizamos en Huancayo. Dos líneas de cuatro (Prado, González, Villalta y Wenceslao atrás; Pérez, Lizarbe, Sheput y Lobatón en el mediocampo), Palacios suelto en tres cuartos y Hurtado como único hombre punta. La celeste – de amarillo –  esperó en su cancha y cerró espacios. No hubo que esperar mucho para empezar a sacar provecho de los errores defensivos del local. Dos contragolpes y dos triangulaciones exquisitas de Hurtado, Palacios y Lobatón nos permitieron anotar dos goles similares. Un hombre que descontaba a los rivales y cedía a otro que anotaba a placer con el arco desguarnecido. Así marcaron Lobatón y Palacios. Dos a cero y todos dabamos por sentado que el partido era de Cristal.

El segundo tiempo no fue muy diferente. Incluso a los pocos minutos logramos anotar el tercero gracias a un muy buen desborde de Hurtado que aprovecho las manos flojitas de Vegas y añadió – otra vez ante arco desguarnecido – el tercer gol. Fue ahí donde vino la jugada del palo y de un sólo golpe de mano se cambió el partido.

Cristal dejó de mostrar orden y empezó a regalar espacios atrás, espacios que fueron aprovechados por Cienciano y en diez minutos nos empataron. Vamos por partes. Edwin Pérez – que últimamente hacía buenos partidos – tuvo muchísima responsabilidad en todo esto. Los tres goles vinieron de pelotas que él perdió y comprometió. A eso había que sumarle que el jugador que más perdió el orden fue el mismo Edwin. Su expulsión cuando íbamos ganando 4 a 3 fue el principal motivo de la remontada que dió Cienciano. Tarde negrísima para Edwin.

Pero también responsabilidad del técnico que volvió a mostrar tanto una virtud como un defecto recurrente. El planteamiento inicial del encuentro fue excelente. Al igual que en Huancayo, Oblitas mostró que ya  conoce su grupo y sabe pararlo para jugar en altura. Pero, aunque el técnico no es quien juega, se espera siempre un gesto desde el banco cuando en la cancha el equipo pierde la brújula. Y es que desde despues del tercer gol cervecero se vió que Cristal perdió el equilibrio. Se esperaba un replanteo y este no llegó nunca. El cambio de Casas por Sheput – volante de contención por volante de creación – no fue el golpe de timón que el equipo necesitaba y se veía que teníamos varios puntos flojos ya. Hurtado estaba cansado, Pérez ya estaba en otro partido y no atinaba a nada, Lobatón estaba a punto de ser expulsado. Se requería un replanteamiento rápido que cortara o contuviera el vendaval en que se había convertido Cienciano … y no lo hubo.

Por eso es que no sabemos si alegrarnos o renegar.

Y es que, aunque el equipo mostró vergüenza deportiva y salió siempre adelante hasta el último minuto cuando todo se creía perdido, también hay que reconocer que hace mucho, muchísimo tiempo que no nos anotan cinco goles en un sólo tiempo. Y eso es para llamar la atención. Que a Carvallo – de buena actuación a pesar de los cinco goles – no le habían metido goles en los últimos cinco partidos y que en este le metieron cinco. Que Cristal tiene que ser un equipo que no puede terminar perdiendo (o empatando) un partido que va ganando por tres a cero. Y todo esto no puede ocultar que luego de muchos años por fin volvimos a sumar puntos en el Cusco – aunque sea a través del empate – y que gracias a este punto seguimos subiendo arriba. Que mostramos un juego más regular y mucho más respetable que los equipos que están arriba nuestro en la tabla.

Pero, en el fondo, yo me quedo fastidiado. Fastidiado por que lo que a mi me gusta, Sporting Cristal, es verte ganador siempre y este partido lo tenías ganado. Fastidiado por que tus jugadores no pueden desconcentrarse así y fastidiado por que tu técnico no puede quedarse paciente viendo que te voltean la realidad. Pero a pesar de ese fastidio te aplaudo por que tengo que aplaudir el partido que terminaste dando en conjunto. Tus cinco goles, el compañerismo que se en tus jugadores, tu rebeldía a irte derrotado, y sobre todo por que es lindo saber que partidos así sólo los puede brindar Sporting Cristal.

Ahora viene Total Chalaco en el San Martín y con tu gente. Vamos subiendo de a pocos y así como van las cosas parece que este año va a tener un final muy agradable.