Sporting Cristal empató 0-0 de local ante Alianza Atlético de Sullana en un partido donde el equipo volvió a mostrarnos su peor versión: apurado, errático, sin ideas, sin convicción. Y aunque el marcador no muestra goles, la sensación es clara: Cristal no estuvo cerca de ganar, a diferencia de Sullana, claro, que tuvo hasta tres claras para anotar.
Yo soy de la opinión que Paulo Autuori se equivocó desde el arranque. En el once inicial dejó fuera a Ian Wisdom y a Martín Távara. Optó por un mediocampo basado en la idea de que sean Yoshimar Yotún y Christopher Gonzales quienes manejen el futbol como volantes internos pero, en la realidad, el esquema defensivo de este Sullana – que tiene oficio para eso – los sacó del sitio que tenía que ocupar y los condenó a deambular por la banda. Al poco, Canchita se lesionó. A los 15 minutos. Había entrado a jugar con una banda kinesiológica en el posterior del muslo izquierdo, justo donde se lesionó. ¿Para qué poner a un jugador que venía sentido?
Lo de Yoshimar tampoco se entiende. Hace poco más de un mes volvió a jugar luego de año y medio en para y se nota que no está a nivel ni futbolístico ni físico. Hizo poco, terminó caminando, y Autuori lo mantuvo en cancha los 90 minutos como si fuera obligatorio hacerlo jugar. Como si lo que importara es que sume minutos y no la necesidad del equipo de contar con 11 jugadores metidos en la plenitud de sus capacidades. Y, al final, mientras Yotún hacía lo que podía, en la banca Wisdom veía un partido en el que, quizá, algo podría haber hecho.
Desde el primer tiempo Cristal, preso de una inexplicable ansiedad por romper el cero rápido, abandonó el juego asociado y regresó a los pelotazos mal lanzados, al fútbol sin pausa ni criterio. Cristal jugó como si tuviera una final en los primeros quince minutos, y terminó quedándose sin ideas a los veinte. Y ahí está el problema. Que en la suma y resta, fue Cristal el que rescató el empate. Que en casa, terminamos sin claridad, sin plan y sin respuestas desde el banco. Cambios incomprensibles, como el ingreso de Jhilmar Lora cuando lo urgente era refrescar la volante, o la ya comentada permanencia de un Yotún que no daba más, nos mostraron un cuerpo técnico que, por lo menos ayer, no leyeron o no quisieron leer bien el partido. Y eso también preocupa.
Este empate no se trata solo de un mal día. Se trata ya de una tendencia. Dos puntos de los últimos nueve jugados. Eso es lo que hemos consequido. Y ya van dos partidos en casa sin ganar: primero UTC y ahora Sullana. Cuatro puntos perdidos que deberían estar en el bolsillo y que, de tenerlos, nos pondrían aún en conversación. Pero no los tenemos. Y hoy, a la mitad del torneo, ya no tenemos que enrostrarnos que hablar de ganar el Clausura es una fantasía. Ahora nos toca juntar monedas para no salir del grupo de los cuatro primeros del acumulado. Ese es el nuevo objetivo. Y fastidia.
Cristal parece haber vuelto a la confusión. Aquello que hace unas semanas se empezaba a recuperar —una idea de juego, un equipo más convencido— hoy aparece disuelto en los nervios, en la desesperación y en la falta de lectura de los partidos. ¿Hay desgaste físico? ¿Se aprovechó mal el parón? ¿Hay ruido en el grupo? No lo sabemos. Pero lo que sí es evidente es que hoy el equipo ha perdido el rumbo, perdió puntos que no tenía que perder y su margen de error ya no existe.
El domingo visitamos a Juan Pablo II College. Y hay que ganar. No por ilusión, no por el Clausura. Por orgullo. Porque si no levantamos ahora, ni siquiera entraremos a los playoffs. Y eso, para Sporting Cristal, en un año que ya es un fracaso, sería un papelón.
Otro partido intrascendente en un año intrascendente, ojala reaccione el equipo y nos salvemos del papelón. Fuerza Cristal!! Y feliz aniversario ECCQTM