La Cancha: Cusco F.C. 3 – Sporting Cristal 2

No fue una sorpresa. Había ilusión pero también la conciencia de que el resultado podía ser negativo. Lo que sí ha sido este 3 a 2 fue una llamada de atención. Sporting Cristal perdió en Cusco frente a un equipo que hoy juega mejor que nosotros, que sabe con total claridad a lo que juega y que, a diferencia nuestra, ya dejó de ser promesa para convertirse en realidad.

Cusco F.C. se impuso con justicia. Tiene más funcionamiento, más convencimiento y un proyecto que ha sabido darle continuidad a una idea clara de juego. Por el lado de la celeste, a diferencia de comienzos de año, el equipo de Paulo Autuori ya no es un equipo roto, pero tampoco es un equipo listo. Y ayer, en el verde del Inca Garcilaso de la Vega, quedó clarísimo.

Nos encontramos ante un rival al que ya habíamos sufrido en el Apertura, en el Gallardo. Aquel día ganamos apenas por un penal pero en Cusco FC ya se notaban los automatismos y la idea de juego. Ayer fue simplemente la confirmación de esa diferencia. Cusco no hizo un partido extraordinario. Hizo lo suyo y con eso le alcanzó para reventar a este Cristal que, en varios pasajes del partido, volvió a ser el de antes: desordenado, sin ideas y con errores defensivos que cuestan goles.

Porque sí, más allá del resultado, lo que más preocupa es eso: volvimos a fallar atrás. El Cristal de Autuori se había ordenado, se había blindado. Pero ante UTC y ahora frente a Cusco, las costuras volvieron a abrirse. Miguel Araujo, que venía de una larga para, mostró su peor versión: lento, superado, perdiendo las espaldas en dos de los goles. Pero el problema no es solo él. El problema es que seguimos sin laterales, sin un mediocampo con explosión, sin un 9 de verdad. Y cuando todo eso se junta con presión alta y un rival que juega con memoria, el sistema revienta.

Menos mal, no todo fue oscuro. Hubo intentos. Se buscaron asociaciones, se quiso sostener el balón, se intentó progresar en bloque. Pero se generó poco. Porque el local no lo permitió. Nos presionó siempre, nos incomodó siempre, y nos empujó a jugar a lo que no sabemos: pelotazo, lucha y rebote.

¿Entonces qué? ¿Tirar la toalla? No. Nuestras posibilidades de luchar el clausura se redujeron pero deb emos entender bien de qué se trata este momento. Perder en Cusco entraba dentro de lo esperable pero empatar con UTC en casa, no. Si hubiéramos ganado ese partido, hoy seguiríamos expectantes en este torneo a pesar de este resultado en particular. El margen ya no existe. El miércoles recibimos a Alianza Atlético. Hay que ganar. No solo por los puntos. Sino por nosotros. Por que necesitamos recuperar la idea. Por que se tiene que corregir los errores. Por volver a mirar arriba.

Este Cristal 2025 ya no es el desastre del Apertura pero tampoco es aún el equipo que queremos. Es un equipo en transición, que puede competir con muchos, pero aún no con todos. Ayer nos chocamos con la realidad y no debemos quedarnos sólo en el lamento sino que debemos entender qué es lo que falta.

Y mientras Cusco FC sigue creciendo sobre la base de trabajo, nosotros debemos decidir si queremos seguir improvisando o si vamos a dejar de exponernos a nuestras propias falencias. Porque, como siempre, el principal problema de Cristal sigue siendo el propio Sporting Cristal.

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